sábado, 21 de noviembre de 2009

Un beso no es un gesto,
no es un gesto,
sólo un tiesto en la nada
de lo absoluto,
que navega como impoluto delfín
gozoso como niño en el viento.
No es un gesto, madre,
no es un gesto.
Es un niño, o quizás
una perla de un collar
que cae como semilla
de un caballo en la luna.

Crece alto, altísimo,
e irrumpe rompiendo la orbita,
tan recta y tan violenta.

¡Madre! ¡Dime! ¿Qué es un beso?

Cuba

¡ay!¡madre!¿Quién eres?
¡ay!¡madre!¿Quién soy?

Un ritmo varado,
incesantemente iluminado
por un solrayo rápido y pesado.

¿De dónde vienes, Ritmo?- pregunta una ola.

- Vengo del grito de un cubano.

¿Por qué gritaba dicho cubano?- pregunta otra ola.

- Porque nacer no quería.

¿Y eso?- pregunta una tercera ola.

- Porque su madre había muerto y
él estaba llorando,
gritando en su vientre.

¡ay!¡madre!¿Quién eres?
¡ay!¡madre!¿Quién soy?

- Y por eso yo nado,
extendiéndome como algo vivo de un muerto
que mejor tumba no ha encontrado.

¡Pobre niño cubano!- gritan todas las olas.

¡ay!¡madre!¿Quién eres?
¡ay!¡madre!¿Quién soy? -ritmean las olas y el Ritmo
Ahondo en un sin fin de parodias pasadas,
esperanzado por mi maddre bajo el mar,
esperando y siempre caminando.

¡Qué soplo de vida! ¡Qué eternidad!
Mi madre, la vieja joven.

Tú, poesía, estás tan en ella
como en el ciervo perdido en el desierto,
¡qué destino!, pobre.

Siempre gana perdiendo como tú.

¡Ay! ¡Qué te echaba de menos!
De nuevo tú y yo nos encontramos
y todo a raíz de mi madre.
Siempre ella.
En lo negro siempre un brillo
un diamante amarillo,
terrateniente del cer: el todo de la nada.

Palabras y palabras
- te juro -
que veo desaparecer en ese negro.

Sólo veo el cero, un cero, únicamente uno.
Céntrico, imperfecto, algo revoltoso,
con luz brillante - ya te dije.

Intento adentrarme y allá voy,
veo, ¿qué veo? ¡!
¿te digo lo que es? ¿si?

Pues te veo a tí,
eres como algo alto, muy muy alto,
y en tu cúspide el diamante.

Sólo eso. Mentira. Veo más.
Pero todo lo que veo,
creo que sigues siendo tú.

Esto...¿qué eres?
¡No! De nuevo estoy en lo negro,
¿me mataste? ¿me echaste?

¿o tú también eres lo negro?
¡Quiero respuestas!
¡Responde o te mato!

¡No te rías!
Me dueles,
poesía.

viernes, 28 de agosto de 2009

2

¡Oh libertad!
Tan ingnorada y deseada
desde aquí te veo
tú sobre el palpitante lago azul
y yo en esta ignorante orilla,
gritando, siempre gritando.

1

Lloro y deseo
¡oh noche!
que él llegue
y me lleve,
sacudiendo mi yugo,
a esa ciudad volada
sobre ese mar sangriento.